miércoles, 4 de agosto de 2010

2006 , AÑO CERO: NACE UN ANGIOSARCOMA

Como seres animados, dependemos de nuestro cuerpo para movernos y relacionarnos con nuestro entorno y, en consecuencia, para existir. O al menos para sentir que existimos y estamos vivos. Sin embargo no somos plenamente dueños de nuestras vidas; y muchas veces, ni tan siquiera somos conscientes de ello .

No elegimos nacer y normalmente tampoco morir . Los dos actos mas importantes de nuestra vida escapan al control de nuestra voluntad.

Es cierto que podemos elegir el momento de nuestra muerte, causándonosla nosotros mismos. Pero a costa de entablar previamente una dura lucha con el instinto vital que nos impulsa a evitarla. Y en cualquier caso, el suicidio implica casi siempre un fracaso; un aborto, de nuestro proyecto vital .

Pero, a pesar de que la vida de las innumerables células que componen nuestro cuerpo llevan grabado en su código genético el momento de su muerte, ya desde el mismo momento de su nacimiento, nadie es capaz de controlar su propio reloj biológico hasta el punto de llevar la cuenta del momento en que dejarán de funcionar correctamente, afectando negativamente a nuestros tejidos y con ello, al normal funcionamiento de los órganos de nuestro cuerpo.

Resulta sorprendente que, pesar de declararnos seres racionales, la mayor parte de las mas importantes funciones de nuestro cuerpo se desenvuelven de forma automática, sin que seamos conscientes de ellas, mientras se desarrollan con normalidad; y solo tomamos consciencia de las mismas cuando su funcionamiento se hace anómalo, manifestándose en fórma de síntoma patológico. El cancer, o mejor dicho "los canceres", esa reproducción celular desordenada y anómala que puede conducirnos, sin que nadie se lo demande, al reino del mas allá, es tal vez uno de los ejemplos actuales mas vivos de tal afirmación. Y ello, en cuanto, tras un periodo de latencia mas o menos largo, durante el cual las células proliferan de forma silenciosa y cumulativa en un ambiente inconscientemente favorable a su anormal reproduccion, termina por hacerse consciente, cuando el número de células anormales ha alcanzado la masa crítica suficiente para alterar el normal aspecto o funcionamiento del tejido u órgano afectados, y permitir, tras las pruebas clínicas correspondientes, un diagnóstico inequívoco de "neoplasia" de caracter maligno; o lo que es lo mismo CANCER.

La toma de conciencia de ese proceso que culmina tras un diagnóstico de CANCER, suele tener lugar, casi siempre de forma traumática, tanto para el paciente como para su entorno familiar y social mas cercano. Pues, si todo ser humano organiza el proyecto en que su vida consiste, en función de unas determinadas expectativas vitales, el conocimiento de un diagnóstico de CANCER, trunca tan radical e inesperadamente esas expectativas, como pudiera hacerlo una sentencia de muerte por un delito no cometido. En ambos casos, aún quedan aún algunos recursos; pero la experiencia viene demostando su escasa eficacia, en la mayoría de los casos. Sin que por ello, haya que perder toda esperanza o el necesario espíritu de lucha que se precisa para afrontar tan duro reto.

Los crecientes avances de la ciencia médica, han permitido, en los últimos tiempos, dar algunos pasos, en la lucha contra esa tendencia a la entropía de la materia, de la que al fin y al cabo estan compuestos nuestros cuerpos, y que se traduce en lo que conocemos por enfermedad, y que puede concluir finalmente, en la muerte . Pero a pesar de los progresos, tanto la ciencia hoy, como antes la alquimia, aún no han sido capaces de encontrar, ni la piedra fillosofal, ni la panacea universal, ni el elixir de la eterna juventud. Por el contrario, y como sucede, en general, con cualquier saber, aunque es mucho lo que se ha avanzado en el conocimiento de la enfermendad y su curación, con cada avance y descubrimiento científico-médico se abren nuevos interrogantes antes ni siquiera imaginados; y con ello nuevos enfoques de los problemas y nuevas puertas a la investigaciòn; en lo que parece un eterno y laberíntico camino, sin retorno, a ninguna parte .

A tales dificultades y complejidad, contribuye también, en gran medida, el caracter unico e irrepetible de cada ser humano, que dificulta, y muchas veces convierte en ineficaces, las soluciones o panaceas universales; demandándose, cada día mas, una medicina, personalizada, que tenga en cuenta, en la búsqueda de soluciones, no solo las semejanzas o aspectos que todos los humanos compartimos, sino tambien aquellos en los que, como individuos diferimos; campo en que la genética tendrá, seguramente mucho que decir. Al mismo tiempo se demanda una medicina holística o integral, que estudie y trate cada síntoma o enfermedad, teniendo en cuenta no solo el órgano o función afectados en que aquellos se manifiestan sino el conjunto de todos los, que integran nuestro sistema corporal interactuando entre si. Y todo ello aderezado con unas gotas de humanización de los sistemas de salud, donde el paciente, no sea considerado meramente como un número de una lista que hay que reducir con el mínimo coste posible, y el profesional de la medicina un mero esclavo de los protocolos médicos de actuación y de los objetivos marcados por los gestores administrativos y por los políticos de turno .

El mal, genérica y tal vez impropiamente conocido como CANCER, es uno de los mas claros exponentes, en que se resume toda la problemática que se acaba de exponer; donde, junto con grandes avances en conocimiento de los factores predisponentes al mismo; del funcionamiento celular, normal y anómalo; de las distintas tipologías de cancer y sus posibles orígenes; y de los tratamientos, tanto convencionales como alternativos, aún queda mucho camino por andar; a pesar de los largos años de paciente investigaciòn y de las ingentes sumas invertidas en la misma.

Son muchos los blogs y páginas web destinadas a proporcionar información sobre el cancer. Pero, en cambio, muy poca la literatura que puede hallada sobre una de las variedades del mismo, conocida como "Angiosasrcoma". Y además de poca, muy desesperanzadora; en cuanto dada la agresividad y la rareza de esta variedad de cancer que afecta al endotelio vascular, no existen tratamientos conocidos eficaces, ni estudios específicos pometedores sobre el mismo que puedan favorecer el mal pronóstico que suele ir asociado al mismo.

La razón de ser de este blog, no es otra que aportar una humilde gota de agua en ese desierto informativo que rodea al anagiosarcoma, exponiendo la experiencia personal que en "cabeza ajena", de un cercano familiar que lo padece, he podido acumular, en la medida que pueda ayudar a otros a recorrer este particular "Camino camino de Santiago" que, después de cuatro años de constante lucha aún estamos recorriendo, tanto el paciente como el resto de la familia, con la esperanza de ganar la merecida indulgencia de la curación definitiva. Igualmente generar y recoger, a través de los posibles comentarios de las distintas entradas nueva información, tanto de otros afectados o familiares, como eventualmente de profesionales de la salud, que puedan orientar, ayudar a sobrellevar o incluso a superar esta grave dolencia a otros posibles y futuros afectados por la misma.

Todo empezó un mal día de finales de junio del año 2006, en que mi suegro, varón de 80 años, por aquel entonces, en buen estado de salud aparente, a pesar de haber sufrido hacía unos 15 años un infarto de miocardo del que se había recuperado sin secuelas perceptibles y una hernia de hiato mas reciente, comenzó a notar sobre la región retroairucular izquierda de su cabeza, una pequeña protuberancia cubierta por el pelo, a la que dado su minúsculo tamaño y la mínima molestia que le producía , no prestó, inicialmente la más mínima atención; pensando, erróneamente, en su ignorancia, que desaparecería, como si de cualquier pequeño grano benigno se tratase.

Casi un año mas tarde, tras el estudio anatomopatológico del tejido, extirpado tras la primera intervención quirúrgica realizada por el Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Provincial correspondiene pudimos saber por el informe del Servicio de Anatomía Patológica del mismo, que con aquel pequeño granito, aparentemente sin importancia, habia terminado por "dar a luz" UN ANGIOSARCOMA.

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